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Guía definitiva para perderse en Little Corn Island

No sé a vosotras pero a mí me gusta viajar con la mente de vez en cuando. Especialmente en esos días en los que todo parece salir regular y desearías estar en otro lugar sin nada más que hacer que disfrutar del viajar despacio y sus descubrimientos. Es entonces cuando el gen viajero incrementa su actividad y empieza a maquinar las próximas aventuras. A veces, sin embargo, simplemente se transporta a esos lugares que te han marcado. A esos rincones del mundo que siempre digo que se quedan con un trocito de mí.

Estos días me ha pasado en más de una ocasión. Sueño con nuevos viajes, pero salvo un deseo inesperado por Buenos Aires -una ciudad que desde hace tiempo está en mi lista-, son nuevos viajes a viejos destinos. O no tan viejos puesto que Little Corn Island no me abandona desde que descubrí esta minúscula isla nicaragüense hace apenas un mes. Así que antes de que se me olviden los pequeños detalles, aquí os traigo la Guía Definitiva para no querer marcharse de Little Corn Island.

Little Corn Island es una pequeña isla de apenas 1,5 kilómetros cuadrados situada a unos 70 kilómetros de la costa atlántica de Nicaragua. Una hora es suficiente para recorrerla a pie, principal y único medio de transporte. No existen vehículos a motor en la isla y no solo porque no se necesiten. Tampoco podrían circular por los estrechos caminos de tierra que conectan los diferentes extremos de una isla prácticamente virgen. Existen hoteles y restaurantes, pero la espesa jungla que domina prácticamente todo el territorio no permite grandes construcciones junto a sus pequeñas playas de arena blanca.

¿CÓMO LLEGAR?

Nadie dijo que alcanzar el paraíso -sí, lo sé, el enésimo paraíso que me he encontrado en estos años de viaje- fuese fácil. Llegar a Little Corn Island cuesta tiempo y dinero. No os voy a engañar. El viaje a esta pequeña isla cuesta unos 200 euros, algo más si como yo decidís cambiar vuestro vuelo de vuelta. Existe una manera más económica de hacerlo, pero no está disponible todos los días y requiere de unas 7-8 horas en barco desde la costa atlántica de Nicaragua hasta Big Corn Island. Y tampoco es fácil llegar a ese punto de la costa. Hay queañadir unas cuantas horas en los llamados Chicken Buses.

La mayoría de viajeros optan por volar desde Managua con la compañía La Costeña, que controla los vuelos internos de Nicaragua y dispone de 3 vuelos diarios a Corn Island. Los precios se mueven alrededor de los 90 dólares por trayecto y apenas varían de precio, así que no se necesita comprarlos con antelación por ese motivo. A veces, sin embargo, se agotan las plazas ya que son aviones pequeños en los que ni tan siquiera se te asigna asiento. El vuelo dura unos 50 minutos y aterriza en Big Corn Island. A la salida del diminuto aeropuerto aguardan taxistas que por 20 córdobas por persona -70 céntimos de euro aproximadamente- te acercan al puerto.

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Una vez allí hay que esperar a que salga la panga -o patera- que te lleva hasta Little Corn Island. El trayecto son unos 6 dólares al cambio y dura entre 30 y 40 minutos en función del tiempo. Existe la posibilidad de que las barcas no salgan si llueve en exceso o el viento es muy fuerte, algo que hay que tener en cuenta sobretodo a la hora de regresar. Os aconsejo dejaros un par de días de margen si Little Corn es vuestra última parada. Lo es para la mayoría ya sea por si hay mal tiempo o, como en mi caso, por si queréis alargar algún día más. Aunque el consejo más práctico que os puedo dar si os planteáis viajar a Little Corn y os encontráis con lluvia antes de coger la panga es el de comprar un par de bolsas de basura enormes que venden en la tienda que hay justo fuera del puerto. Cuestan un dólar y os permitirán meter en ellas las mochilas y maletas. Es la única manera de que no se empapen. ¡Sé de lo que hablo!

¿DÓNDE DORMIR?

En temporada alta -de diciembre a mayo- es recomendable llegar a la isla con alguna reserva hecha. Por lo menos para los primeros dos días para no llevarse sorpresas de última hora, aunque nadie suele quedarse sin un lugar para dormir. Representantes de los principales hostels y hoteles esperan la llegada de las barcas en el puerto. Otra opción, pues, puede ser la de preguntar allí mismo y probar fortuna. En agosto, que es cuando yo estuve, no había problema para encontrar una cama y suele reservarse día a día.

En el camino principal de la isla uno encuentra fundamentalmente hostels y hoteles económicos en grandes casas. Un poco más alejado del puerto y en los caminos interiores se encuentran cabañas de madera a precios algo más elevados, pero igualmente asequibles. Existen también un par de resorts de precios imposibles para la mayoría de los mortales. El Yemaya, por ejemplo, cuenta con vistas a la mejor playa de la isla, pero sus casas están alrededor de los 350 dólares la noche.

La mayoría de mis noches en Little Corn Island las pasé en el Green House Hostel. Una casa a dos minutos del puerto con tres dormitorios compartidos y con una cocina, un comedor y un gran porche con mecedoras. Me alojé en la habitación de 6 camas, la más pequeña, por unos 15 dólares al cambio con su ventilador individual. Las otras dos habitaciones costaban unos 12 dólares y, la verdad, es un lugar muy tranquilo. Algo caro en comparación con los hostels del país, pero de lo más económico en la isla y muy bien situado a la hora de salir a cenar y tomar algo por la noche. No sale en la última edición de la guía Lonely Planet.

Tampoco salen las cabañas del Light House. Sin duda, el lugar más especial de todo el viaje. Este pequeño hotel que llevan dos hermanos gemelos de Francia -Sullivan y Gary- cuenta con cabañas de madera y un dormitorio en el punto más alto de la isla. Los precios de las cabañas oscilan entre los 40 y los 65 dólares por noche en función de la temporada. El Light House cuenta, además, con un bar-restaurante desde el que contemplar la luna llena sobre el mar. Una pequeña atalaya sirve como escenario perfecto para las clases de yoga diarias que organizan a eso de las 7.15 de la mañana -5 dólares- y organizan noches temáticas. Los martes es la noche de los tacos -os encontraréis con media isla allí- y de vez en cuando organizan partidas de póker. También se encargande la Full Moon Party. Aunque, aviso, nada que ver con la fiesta tailandesa. Buena música, bebidas a buen precio y buen ambiente.

¿QUÉ HACER?

Básicamente, relajarse. En Little Corn Island no existe una gran variedad de alternativas. Y sí, ahí está su encanto. Si eres una persona hiperactiva que no puede estar quieta, probablemente, esta isla no te enamorará como a mí. Pero si eres de las que disfrutas del placer de no hacer nada, de tumbarte en una hamaca en una playa de agua cristalina y alternar los chapuzones con una buena lectura o una buena conversación… ¡enhorabuena! Little Corn Island te encantará.

Durante el día las posibilidades se reducen a: darle la vuelta a la isla -ya hemos dicho que con una hora basta-, ir a la playa y relajarse, hacer submarinismo -se puede cursar el PADI y es barato-, hacer kitesurf, alquilar unas gafas y un tubo y hacer snorkel o salir a pescar en un tour organizado. Mi opción, decidme aburrida, fue siempre la de disfrutar de la playa con un buen libro, unabuena siesta, un coco fresco o una buena conversación. Plan que se alargaba hasta la media tarde si optábamos por comer en el chiringuito de la playa.

dsc_0078Después, más relax en el hostel, visita a la vieja y algo peligrosa torre del faro para tener una vista completa de la isla, ducha y visita al bar del Light House para hacer la primera cervecita o refresco de la tarde. Cena en alguno de los restaurantes del camino principal -precios entre 8 y 10 dólares- y a tomar algo en el Tranquilo, el principal bar de la isla o, por lo menos, al que acuden todos los expatriados, que no son pocos, que viven allí. También los turistas. Y para los más noctámbulos, el Reggae Bar para acabar la noche. Allí viajeros y expatriados se unen a los locales.

Lo bueno de Little Corn es que cada noche hay algo diferente para estar entretenido y disfrutar del ron de la isla y de un buen rato con otros viajeros, pero sobretodo con los extranjeros que viven y trabajan allí. Igual es que tuve mucha suerte durante las cinco noches que estuve allí, pero me sentí como en casa halando con unos y otros y compartiendo mis días con ellos. No hace falta decir que no quería marcharme. Pero a lo que iba, que es pensar en esos días y emocionarme, todas las noches se organizan cosas diferentes. Si no es la noche de los tacos, es la noche del trivial musical que, por cierto, ganó mi equipo o música en directo. Las noches nunca son aburridas en Little Corn Island.

¿DÓNDE COMER?

En estos lugares en los que me siento como en casa y me quedo más días de lo normal suelo convertirme en animal de costumbres. Si un lugar me gusta, repito. Así que mis recomendaciones son fáciles en este aspecto: los tacos del Light House, ricos y baratos para los precios de la isla; el ceviche del chiringuito del Yemaya; los precios asequibles y las abundantes raciones de El Bosque en el interior de la isla y sus desayunos completísimos y la langosta y el pescado con salsa de tamarindo del Café Desideri.

LAS MEJORES PLAYAS

Probablemente no sea la isla con mejores playas del Caribe. La mayoría de ellas tienen una pequeña franja de arena blanca y muchas algas justo antes de entrar al agua. Pero el color turquesa y la transparencia del océano es totalmente ‘made in’ Caribe. Las playas de la costa sur son algo más anchas y menos paradisíacas ya que se encuentran en la zona principal de la isla, pero son igualmente tranquilas. Las mejores, sin duda, están en el extremo noroeste de Little Corn Island.

Mi favorita, la playa junto al Yemaya. Ahí pasé mis días. Primero justo al otro lado de la zona del resort, pero después en la zona del chiringuito. ¿El motivo? Sus hamacas colgadas entre palmeras, la música de fondo y un paisaje increíble con los veleros anclados mar adentro. Este rincón poco explotado por los viajeros no tiene pérdida, aunque requiere de casi 30 minutos de caminata cruzando el pueblo de la isla, el campo de béisbol y luego un sendero por entre la jungla -es posible ver alguna serpiente pequeña y lagartos enormes y de colores. El paseo merece la pena.

Little Corn Island

COSAS PRÁCTICAS QUE HAY QUE SABER SOBRE LITTLE CORN ISLAND

No os asustéis si os dicen que desde Managua han cancelado las pangas del día siguiente por mal tiempo o excesivo viento. Es cierto que alguna vez no salen, pero casi siempre acaban saliendo. ¡Qué no cunda el pánico! Por 50 dólares por personas, a unas malas, siempre es posible abandonar la isla en el barco privado de un pescador. Un último recurso caro, pero práctico tanto si no salen pangas como si te has quedado sin billete de salida. Son solo dos las pangas que salen diariamente de la isla -a las 6.30 y 13.30 y 40 las plazas-, así que es recomendable llegar al puerto con algo más de media hora de adelanto.

En Little Corn no hay cajeros automáticos, así que es mejor que lleguéis a la isla con suficiente dinero en efectivo. Córdobas o dólares, ambos se aceptan por igual. En algunos locales se puede pagar con tarjeta, pero no en todos y te cargan comisión. Así que más vale que sobre si no queréis tener que ir a Big Corn en busca de dinero.

Little Corn Island es tan pequeña y auténtica que de 6 de la mañana a 1 del mediodía no hay electricidad. Así que los tan necesarios ventiladores dejan de funcionar entre esas horas. Resulta complicado no madrugar en la isla. La mayoría de restaurantes cuentan con generadores propios para mantener frías las neveras y dar servicio a sus clientes, pero en los hostels y hoteles suele ser habitual que no haya luz. El WIFI es un bien escaso en esas horas. Así que si necesitáis contactar con vuestra gente en España o Europa -la diferencia en agosto era de 8 horas-, la mejor opción es el Desideri. Funciona perfectamente durante todo el día y el café italiano se agradece mucho. No es barato, pero la calidad es de lo mejor de la isla.

Ah, un última cosa. Repelente y más repelente. Aunque en teoría en la isla no hay excesivo riesgo de contraer enfermedades a través de la picadura de mosquito, estas son muy molestas. No salgáis nunca sin una buena dosis de repelente. Dicho esto, a disfrutar de Little Corn Island. Si alguna se anima, por favor, contadme. Me gustaría saber vuestras experiencias y si necesitáis consejo o ayuda con algún contacto, un email o un comentario. ¡El paraíso os espera!

4 Comments

  • irene
    23 octubre, 2016 at 4:01

    hola!! muchísimas gracias por tus consejos :). Viajamos la semana que viene a NIcaragua e iremos a Little Corn. He leído bastante sobre alojamientos y habíamos decidido alojarnos en la Light House (en la nueva Lonely ya sale, pero la acaban de sacar y solo está en inglés), pero hoy he visto en su fb que están de vacaciones (ya me lo han confirmado) 🙁 :(. Me había parecido el mejor sitio y ahora no sé muy bien qué elegir (nos gustaría estar en una habitación doble). Tendrías alguna recomendación? qué rabia perdernos las noches guays de la Light Houseeeeeee! Mil gracias!

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    • Laura R.
      23 octubre, 2016 at 17:21

      Hola Irene!

      Si que es una lástima que esté cerrado, los chicos hacen vacaciones hasta mediados de noviembre, creo. Solo dormí allí y en el Green House, pero me hablaron muy bien de Las Palmeras. Estuve para tomar algo y era un lugar tranquilo para descansar y tenía una zona de tumbonas y hamacas muy recomendable. Está al final de la calle principal, en un pequeño desvío. 5 minutos de los principales restaurantes y bares. Otro de los lugares a los que iba mucha gente era el Casa Iguana, pero no he estado. Así que no sé cómo estará, pasé por delante solo. Está un poco alejado de la zona de ocio, por llamarla de alguna manera.

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  • Javier Contreras
    15 mayo, 2017 at 18:08

    Hola Laura, me llamo Javier y voy con Margarita (mi pareja) a primeros de julio a Little Corn Island. Estamos contactando con el Derek’s place pero hemos leído opiniones tremendamente contradictorias….sabrías decirme algo acerca?? Gracias

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    • Laura R.
      16 mayo, 2017 at 12:03

      Hola Javier,
      la verdad es que no sabría decirte porque no dormí allí y no tengo información de primera mano. Pero mi experiencia me dice que más o menos este estilo de alojamientos en Corn Island son similares. Las condiciones son iguales para todos, incluso para el Yemaya con los cortes de electricidad y el calor. Yo os recomendaría coger una o dos noches, en función de lo que tengáis pensado estar, y al llegar darle una vuelta y ver si hay algo que os gusta más… la isla es pequeña y está llena de lugares 🙂

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