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Anécdotas birmanas (II): Expatriados en Yangón

Dos semanas y media no dan para sentirse una expatriada en Myanmar. Pero un día basta para descubrir que la vida de un extranjero que vive y trabaja en Yangon puede ser muy diferente a la de un local que también se gana el jornal en la que no hace tanto era la capital del país.

Yangon o Rangún, de nombre mucho más evocador, es la ciudad más grande de Myanmar y, por tanto, la más poblada. Y, aunque a simple vista no lo parezca cuando una pasea por sus calles, también es en la que viven más extranjeros. Estudiantes en prácticas, empleados de grandes empresas que buscan abrir mercado, profesores de inglés… una mezcla curiosa que tuve la suerte de poder observar de cerca en mi primera noche en esta ciudad tan cinematográfica.

Viajar sola y sin planes tiene estas cosas. Compartir un suplicio de ocho horas en furgoneta une mucho. Y si, además, te cruzas en un viaje en bote por el lago Inle y coincides un par de días después en el mismo hostel ya ni os cuento. Eso es lo que me sucedió con Kalwant nada más llegar al Chan Myaye Guest House. Malaya de 37 años y en su primer viaje sola por el mundo, conectamos rápido y charlando a la espera de que la lluvia arreciara acabamos primero por quedar para la cena y, después, para comer. Así que con pertinente siesta y vagueo de por medio, acabamos compartiendo mesa durante todo el día.

Ella ya había estado en Yangon al inicio de su viaje y me descubrió un par de sitio realmente buenos – os los cuento en el post sobre la ciudad que en algún momento podré hacer junto a los 3.500 que tengo en lista de espera- y me comentó que estaba invitada a una fiesta de unos chicos que había conocido por casualidad y me dijo que le acompañara si quería. Y aquí llega la jugosa anécdota de la semana porque, por supuesto, me apunté al bombardeo.

Underwear Party en Yangon

Lo que se suponía que era una fiesta normal en casa de Connor, un periodista australiano que todavía no se qué hace en Yangon, se acabó por convertir en un despelote de la mayoría de los allí presentes. Visto y no visto. Fue saludar a algunas personas y servirse una copa y empezar a ver gente en ropa interior.

Con la primera camiseta volar pensé que se trataba más de la típica tontería de alguien algo alegre. Un hecho aislado, pero no. En cuestión de segundos media fiesta estaba ya en ropa interior como se esperaba de una Underwear Sexy Dance Party. La otra nos lo mirábamos desde la barrera, aunque al final cerca del 80% de la gente acabó por aligerar su vestuario. El calor contribuyó a que la gente poco a poco fuera animándose hasta el punto de que los últimos en llegar ya ni se lo plantearan. Lo bueno es que nadie obligó a nada – solo faltaría- y a los que preferimos seguir vestidos no nos dejaron sin alcohol ni aperitivos como castigo.

De hecho, salvo la primera impresión, la fiesta terminó por ser una fiesta más. Con gente en ropa interior, sí, pero sin que eso conllevará nada más. No me seáis mal pensados. Además, si así hubiera sido ni me plantearía un post sobre ello. Así que salvo lo insano del alcohol que entre australianos e ingleses habían acumulado, la noche fue divertida. Mucho baile, música y gente interesante de medio mundo. Y risas. ¿Qué se puede esperar de alguien que bautiza las fiestas con las siglas del reglamento de los militares que, desde la sombra, siguen gobernando en Myanmar?

La verdad es que nunca va mal conocer la historia de personas que o bien por obligación o bien por voluntad propia viven en un país como Myanmar. Entiendes que los expatriados acaben siempre por encontrarse y, también, que lleven un ritmo de vida algo diferente al resto y disfruten a su manera de la experiencia de vivir seis meses, un año o dos en Rangún.

 

 

2 Comments

  • El futuro marido de PJ Harvey aunque ella no lo sepa aún...
    31 julio, 2015 at 1:36

    Oye, pues habría que importar estas fiestas aquí, no? (aunque con lo aburrida que es la gente, no sé si triunfaría mucho, tanto ‘seny’ y tanta hostia de reprimidos…) Sonó ‘Underwear’ de Pulp…? https://www.youtube.com/watch?v=VwRfAceTJt4

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    • Laura R.
      31 julio, 2015 at 13:11

      Mr. Harvey, creo que no tendría demasiado éxito. Tú lo has dicho, tanto seny y tanta tontería… Con lo bonito que es dejarse llevar!

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